Celebramos que se quemen los últimos cartuchos que quedan del Correato, pero no nos conformamos. Es bueno que se haya propuesto una re-fundación institucional del país; es reconfortante observar como todos aquellos que encabezaron las diferentes instituciones pilares de la Nación, hayan y sigan siendo descabezados. El pueblo así lo ordenó en la Consulta de febrero. 10 años en que se manejó el país a control remoto, donde por sobre la Constitución y las leyes primó la voluntad de una persona y la influencia de su entorno.
Pero eso no es todo lo que se necesita; hay que comer, hay que educar a los hijos, hay que vestirlos, hay que morar bajo un techo. Para todo eso, se necesita dinero y la única forma de obtenerlo es trabajando. Se Necesita Trabajo, señor Presidente. Los indicadores del último año no son buenos, en lugar de crecer en puestos laborales, como se ofreció en campaña, se ha descendido. Para ello, hay que reactivar al sector productivo como principal fuente generadora de empleo y para aquello, se debe estimularlo pero también condicionarlo. No queremos que se adopten pequeñas medidas parches como las de suprimir un par de impuestos, sino que se descargue de una vez por todas, tanto peso tributario que nos infringió el Gobierno de Rafael Correa durante toda una década. Otorguemos caminos de progreso al emprendimiento privado pero paralelamente exijamos que en la medida en que tengan un escenario idóneo para el crecimiento, se comprometan a hacerlo incorporando a millones de ecuatorianos actualmente desempleados, a la fuerza productiva nacional. El mejor dinero no es el que está en las arcas del Estado sino en el bolsillo de los ciudadanos, ganados con el sudor de la frente.
Mientras aquello ocurre, rechazamos cualquier alternativa que conlleve a garrotear al alicaído pueblo ecuatoriano. No estamos en momentos de canjear el cobro de menos impuestos a cambio de disminuir subsidios. No lo podemos hacer mientras la iliquidez galope en la economía familiar de las amplias mayorías. Es impresentable que para equilibrar números fiscales, cobremos más por la gasolina o el gas a nuestros compatriotas que a estas alturas, sienten el agobio de la frágil economía nacional. No es el momento. Es hora de comenzar a caminar y para ello, el Gobierno deberá tomar decisiones que nos empujen para delante y no al abismo.